Pueblo de Uga

Pese a ser una de las poblaciones más antiguas de la isla, apenas viven en Uga un millar de habitantes, anclados en los oficios tradicionales, la actividad agraria y el ritmo pausado de tiempos pretéritos. En el valle del mismo nombre se crían ganados de dromedarios, antes animal de tiro para el campo y hoy destinado a paseos turísticos. 

La localidad se encuentra cerca del Parque Nacional de Timanfaya, rodeada de volcanes y viñedos, y conserva la arquitectura tradicional, con blancas casas terreras (de una sola altura) con ventanas y puertas contrastadas en verde y azul y piedra volcánica embelleciendo sus sinuosas callejuelas y su plaza central. También destaca la iglesia de San Isidro Labrador, cuya la torre sobresale del perfil chato del lugar. 

El primer asentamiento de Uga data del siglo XVI; las erupciones volcánicas del XVIII sepultaron el pueblo bajo un manto de lavas y cenizas, que fue reconstruido por sus moradores con mimo y la misma fisionomía del primigenio.  

La paz de tiempo detenido se altera únicamente con las fiestas populares o los fines de semana en torno al mercado de productos artesanos y agroalimentarios de kilómetro 0.