Ficha técnica
- Título: LA RUTA DE SALINA
- Título original: Sur la route de Salina
- Año: 1969
- Producción: Corona Cinematografica, Fono Roma, Selenia, Transinter Films.
- País: Francia e Italia.
- Dirección: Georges Lautner.
- Reparto: Mismy Farmer, Robert Walker, Ed Begley, Rita Hayworth.
Descripción y sinopsis
La ruta de Salina es una rareza apreciada por cinéfilos, una película minoritaria pero influyente, tanto, que sirvió de inspiración para algunos aspectos de Kill Bill, la famosa saga de Quentin Tarantino, un director que ha declarado su amor por esta cinta. Además, la película fue uno de los últimos filmes de un auténtico mito del cine: Rita Hayworth. La inolvidable protagonista de Gilda y antigua esposa de Orson Wells participó en La ruta de Salina apenas unos años antes de empezar a mostrar síntomas de Alzheimer, una enfermedad que le impidió seguir rodando.
Este drama de tintes psicológicos cuenta la historia de una extraña situación familiar, que deriva en una relación un tanto incestuosa. La elección de un tema tabú y la fuerte carga erótica sorprenden en una película realizada durante la dictadura franquista. La narración sitúa la trama en un pueblo mexicano llamado Salina, aunque fue rodada íntegramente en Lanzarote, donde el paisaje juega un gran papel para remarcar las ansias y la soledad de los protagonistas.
La película tiene el mérito de coger dos escenarios emblemáticos de la isla que no habían sido apenas usados para el cine: las salinas de Janubio y La Geria. Las infraestructuras salineras de Janubio, en el sur de Lanzarote, son de las más grandes del mundo en su tipología. Aunque hoy en día solo mantienen en producción una pequeña parte de su extensión, la belleza de su construcción y de la sal siguen sorprendiendo a los visitantes. Las salinas de mar fueron una industria tradicional importante en la historia de Lanzarote, que llegó a tener casi tres decenas de salinas porque eran claves para salar el pescado que se exportaba fuera de la isla.
La Geria remite a la tradición campesina y es uno de paisajes agrícolas más singulares de Canarias y de España. Su origen nos lleva a la tragedia volcánica de las erupciones que durante casi seis años asolaron a Lanzarote (1730-1736). La lava sepultó casi un 20% de la isla y numerosos pueblos, pero también afectó a muchos kilómetros de terreno que dejó enterrados con ceniza volcánica. Con los años, los campesinos transformaron a fuerza de brazos y camellos miles de esas hectáreas para aprovechar al máximo las capacidades de la negra ceniza, que permite absorber toda la humedad, mientras evita su evaporación. Gracias este material volcánico, llamado localmente rofe, picón o arena, Lanzarote pudo cultivar frutales y especialmente viñas, en hoyos practicados sobre el manto negro, dando pie a la tradición vitivinícola de la isla.
La estética de La Geria y lo manual de su cultivo convierte a esta zona en un inmenso jardín que, además de estar catalogado como Paisaje Natural Protegido, ha recibido numerosos reconocimientos como Paisaje Cultural y máximo exponente de la arquitectura agrícola insular; ejemplo de perfecta integración entre el hombre y la naturaleza.
