La posibilidad de una isla

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Ficha técnica

  • Título: LA POSIBILIDAD DE UNA ISLA
  • Título original: La possibilité d’une île
  • Año: 2008
  • Producción: Mandarin Production, Hachette Films, ICAA, TF1 Films Production, arte France Cinéma, Canal+, Morena Films, DePalacio Films, Black Forest Films.
  • País: Francia y España.
  • Dirección: Michel Houellebecq.
  • Intérpretes: Benoît Magimel, Patrick Bauchau, Jordi Dauder, Jean-Pierre Malo, Ramata Koite, Andrzej Seweryn.

Descripción y sinopsis

Coproducción europea que no marcó un gran hito en la historia del cine, pero que es reseñable por su múltiple valor artístico, ya que es la ópera prima como director del escritor Michel Houellebecq, verdadero enfant terrible de las letras francesas. 

El poeta, novelista y ensayista Michel Houllebecq, que también escribió una novela titulada Lanzarote que transcurre en la isla, se estrenó en la dirección con una historia de dos científicos, un hombre y una mujer, que consiguen sobrevivir a los cataclismos en los que se ve envuelto nuestro planeta durante el cuarto milenio. Con este argumento es lógico que las escenas de Lanzarote se rodaran en Timanfaya. Más de una treintena de películas se han ambientado en esta zona volcánica de la isla. 

La idea de coger Timanfaya como escenario en el que ilustrar otros planetas ha sido bastante recurrida (Enemigo mío, Órbita mortal, Krull o Naufragos, entre otras películas), pero igualmente este territorio quemado por los volcanes ha dado pie para recrear mundos postapocalípticos sin salir de la misma Tierra: Operación Ganímedes (1977), Más allá del fin del mundo (1978), Animales racionales (1983) o esta cinta titulada La posibilidad de una isla (2008).

El Parque Nacional de Timanfaya es una de las grandes joyas de la impresionante geología de la isla (Lanzarote está reconocida por la UNESCO como Reserva de la Biosfera y Geoparque). La calidad y singularidad estética de sus paisajes volcánicos se potencia aún más con los tonos cromáticos que saca la luz del sol en los atardeceres y amaneceres. Aunque recibe casi un millón de turistas anualmente, las visitas a Timanfaya están muy controladas y solo se puede ir por unas pocas rutas mediante guagua o camello, puesto que hay zonas de gran delicadeza geológica en las que el hombre lleva décadas sin pisar. 

Cartel de la película