Jameos del Agua

Tal vez sea este el más representativo y original espacio ideado por la fecunda imaginación de César Manrique para singularizar y cualificar la fisionomía de Lanzarote.  

Nada hace presagiar, al enfilar el acceso al “Jameo” Chico —tramo de canal volcánico subterráneo cuya cubierta se ha desplomado, creando una oquedad abierta al exterior—el impactante encontronazo con “el nightclub más bello del mundo”, con restaurante, cafetería y pista de baile a distintas alturas, un lago natural de agua marina habitado por cangrejillos ciegos y cascadas de exuberantes helechos bajo una bóveda de piedra.  

Las pequeñas barras de restauración semiocultas, los rincones de piedra, el contraste cromático del oscuro basalto, el verde vegetal, los reflejos sobre la lámina de agua o las velas naranja atravesadas por haces de luz solar generan una atmósfera telúrica única en el mundo.

El Jameo Grande ofrece el espectáculo de una piscina de líneas orgánicas y aguas esmeralda presidida por una palmera solitaria, lleno de recovecos de piedra, da paso al auditorio diseñado en el interior del mismo tubo lávico, que continúa aún varios kilómetros hasta el océano. Su impecable acústica lo convierten en espacio ideal para las artes escénicas. 

Tras ascender por la empinada escalera de caracol que salva el desnivel hacia la salida, se llega a un mirador desde donde se aprecia la intervención espacial en su conjunto, que incluye mobiliario y elementos decorativos diseñados ad hoc por César como las farolas de cristal, que forman parte de la obra artística por derecho propio.

Los Jameos han sido escenario de shootings de moda, presentaciones de producto de grandes marcas y pasarelas de Andrés Sardá, Custo y Agatha Ruíz de la Prada, entre otras firmas, en el marco de la Lanzarote Fashion Weekend.