Islote Fermina o del Amor

Obra inacabada de César Manrique, el artista imaginó para Arrecife, su ciudad natal, un espacio de ocio en el que dar relevancia a los elementos propios de la tipología arquitectónica y paisajística de Lanzarote y sus vínculos con el mar.  Los sinuosos perfiles de la piscina de agua salada y del edificio acristalado de una planta, de una blancura infinita, en contraste con los elementos de inspiración marinera y la piedra volcánica de la zona de solárium, inspirada en el paisaje de la Geria, dotan de gran singularidad a la instalación. 

La Fermina, un mirador privilegiado frente a la vastedad oceánica, forma parte de la serie de islotes y bajas que funden la marina arrecifeña en un abrazo de piedra y agua. Desde su corredor perimetral pueden contemplarse los extraordinarios crepúsculos sobre la punta del Camello, la fortaleza de San José con sus cañones apuntando al corsario y la playa de El Reducto, con sus palmeras ondulantes, su marea mansa y sus arenas doradas.  

Tras su última reforma, el centro dispone de cafetería y pequeñas salas de usos múltiples que, junto a la zona exterior, acogen actividades culturales de pequeño formato.